Tuesday, April 6, 2010

Intercambio de acervos/Museo Gallino en Montevideo


Pedro da Cruz

UNO DE LOS museos de arte más importantes del país fuera del ámbito capitalino, el salteño Museo de Bellas Artes y Artes Decorativas María Irene Olarreaga Gallino, o simplemente Museo Gallino (MG), alberga una importante colección con características particulares. Un aspecto interesante del acervo del MG son sus múltiples conexiones con lo local y la región del litoral, así como con Montevideo, otras regiones del país, e incluso países como Italia y Hungría.
A ese aspecto del acervo se suma una serie de referencias cruzadas entre los motivos de algunas obras, ya sean personajes históricos o lugares, y las historias personales de los artistas que las crearon. Las múltiples referencias configuran una serie fascinante de posibles "lecturas", a partir de las que se podrían trazar distintos itinerarios en el espacio físico del museo. La idea curatorial de la presente exposición, cuyo objetivo es mostrar parte del acervo del MG en el Museo Nacional de Artes Visuales, estuvo pautada por un itinerario sumamente subjetivo, que en cierta forma fue condicionado por la premisa de elegir sólo pinturas (el acervo del MG incluye gran número de esculturas), y restricciones en cuanto a desarticular la unidad de una de las principales salas del museo.
Las fuentes del retrato
En 1865 Juan Manuel Blanes viajó al litoral con el objetivo de pintar un retrato del general Lucas Píriz. No es creíble que el pintor haya encontrado personalmente al general. Píriz, de divisa blanca, había sido gobernador de Salto, y al arribo de Blanes era uno de los principales defensores de Paysandú, donde murió cuando la ciudad fue tomada por las fuerzas coloradas de Venancio Flores. Unos años más tarde, Manuel Estevez Dos Santos, retratista activo en Salto, pintaría General Lucas Píriz, un retrato asombrosamente similar al pintado por Blanes.
Cabe preguntarse si ambos artistas usaron una fotografía como fuente, una costumbre que había comenzado a practicarse en las academias de Europa en la época en que Blanes regresó de Italia.
Sin sonidos ni palabras
Cuando Antonio del Corchio pintó Dr. Santos Errandonea, estaba retratando a un pro-hombre salteño. Ya en las legislaturas anteriores a 1900 Errandonea fue diputado del Partido Colorado por Salto, bancada que compartía con José Batlle y Ordóñez y Feliciano Viera. Éste último integró el Consejo de Estado creado por Juan Lindolfo Cuestas, y luego fue diputado por el departamento de Salto. Fue Ministro del Interior durante la segunda presidencia de Batlle y Ordóñez, y lo sucedió como Presidente de la República en 1915.
La hija mayor de Viera, Petrona, nació en Montevideo, pero en 1897 fue llevada por su familia a Salto. A causa de una meningitis la niña quedó sordomuda, por lo que la familia decidió regresar definitivamente a Montevideo, instalándose en una quinta de la Avenida 8 de Octubre.
La quinta de los Viera era visitada por artistas como Pedro Figari y Pedro Blanes Viale, así como por Vicente Puig, el primer maestro de Petrona. Ella pasó luego a estudiar con Guillermo Laborde, miembro del Círculo de Bellas Artes. Petrona adoptó un estilo planista, y sus motivos principales serían retratos y juegos infantiles.
Héroes, artistas e intelectuales
Una posible reacción ante el Artigas pintado por Eriberto Prati en 1919 es de extrañeza: un personaje de pelo castaño, pobladas patillas, una mirada algo perdida en los ojos claros, y un gesto napoleónico, con la mano derecha metida en la chaqueta del uniforme del Cuerpo de Blandengues. La sensación de no reconocer la figura retratada no se debe a certezas sobre su apariencia, ya que no existen fotografías de Artigas, sino a la fuerza del imaginario fundacional de Blanes, que con su Artigas en la Ciudadela, determinó en 1884 el paradigma de la figura del héroe.
Los hermanos gemelos Eriberto y Edmundo Prati nacieron en Paysandú en 1889, y poco después fueron llevados por su familia a Italia, donde vivieron durante la infancia y la adolescencia. Con poco más de veinte años regresaron a Uruguay, estableciéndose en Salto en 1910. Al año siguiente fundaron la Empresa de Pintura y Decoración Prati Hnos., que recibiría numerosos encargos de decoración de edificios públicos, como el Ateneo, y las principales mansiones de Salto, entre otros el Palacio Gallino, sede del actual Museo Gallino.
Un lugar intangible. Mataojo no es una localidad definida, sino un lugar intangible del noreste del departamento de Salto, entre el arroyo Mataojo y el río Arapey Grande, donde existían pueblos de los que hoy sólo quedan algunas casas aisladas. En 1888 nació allí Carmelo de Arzadun. Cuando tenía 15 años se trasladó a la ciudad de Salto, donde comenzó a estudiar pintura con Estevez Dos Santos, el retratista del General Píriz.
Dos años más tarde la familia de Arzadun decidió viajar a Europa y radicarse en España. Después de cursar estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao, Arzadun regresó a Uruguay en 1909 para solicitar una beca de estudios, gracias a la que dos años más tarde viajaría nuevamente a Europa, esta vez en compañía de José Cúneo. Luego de su regreso definitivo a Montevideo en 1915, Arzadun se integró al Círculo de Bellas Artes, en el que fue profesor durante un corto período a partir de 1917.
Ni lunas ni ranchos
Cúneo se había integrado al Círculo de Bellas Artes, donde fue alumno de Herrera, ya en 1906. Al año siguiente viajó a Europa por primera vez, y luego de estudiar en Italia y regresar a Uruguay, volvió a viajar, esta vez a Francia junto a Arzadun, en 1911. En los años siguientes realizaría varios viajes a Europa, los que intercalaría con estadías en distintos puntos del Interior de Uruguay en un movimiento pendular.
En 1914 se enfrentó por primera vez al paisaje del campo uruguayo en Treinta y Tres, y cuatro años más tarde estuvo en Cerro Largo, donde pintó obras en un marcado estilo planista, que Cúneo compartía con otros artistas que habían pertenecido al Círculo de Bellas Artes. A partir de 1930 estuvo durante casi dos años en Florida, donde comenzó la serie de obras con los motivos por los que sería más conocido: los ranchos y las lunas.
En 1945 Cúneo viajó a Salto con el objetivo de pasar una convalecencia en casa de parientes. Durante su estadía impartió cursillos de dibujo y pintura en el Taller Pedro Figari, taller de artes plásticas de la Asociación Horacio Quiroga, una asociación cultural que contó al escritor Enrique Amorim entre sus principales impulsores.
Personajes y lugares
Nacido en Hungría, el artista plástico José Cziffery estudió en Budapest y luego en París, entre otros con Henri Mattise, antes de viajar a Uruguay. En 1946 arribó a Salto enviado por Carlos Herrera Mac Lean, presidente de la Comisión Nacional de Bellas
Artes, para dirigir el Taller Figari de la Asociación Quiroga. Una estadía que en un principio había sido planeada por unos meses, resultó en que Cziffery se afincara en Salto, ciudad en la que permaneció durante el resto de su vida.
El Taller Figari fue un referente para numerosas figuras del arte uruguayo, tanto para los que lo frecuentaron como alumnos y docentes, así como para los que lo visitaron en distintas oportunidades. La docencia de Cziffery fue de fundamental importancia para la formación de un grupo de jóvenes salteños con inquietudes artísticas, entre otros Casimiro Motta, Artigas Milans Martínez, Leandro Silva Delgado, Aldo Peralta y Lacy Duarte.

De El País, Montevideo, abril 2010

Imagen: Pedro Figari/Toque de oración, 1925

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