Friday, June 1, 2012

Crónicas Pop: Berlin 1977, cuando Bowie era nazi (sobre Velvet Goldmine)

No es que esta semana no me haya visto mis buenas películas, que sí que me las he visto… pero, la verdad, es que no había nada muy reseñable, una semana tonta… Con lo que sí que me estoy riendo de lo lindo es con mi “investigación” (como si dijéramos) sobre el cine que se realizó alrededor de la escena artística y musical del East Village en los 80. Un cine así como cutre que es capaz de unir a personajes tan díscolos como Basquiat, Warhol y toda la plana mayor del punk (Blondie, Richard Hell, Amos Poe). Entre los libros de música y cine que estoy ojeando me saltaron a la vista unas explosivas declaraciones sobre el torrrrrrido romance entre David Bowie e Iggy Pop. Un rollo sobradamente conocido pero no lo suficientemente aireado, suponemos que por no dar más trabajo a los abogados de las grandes estrellas; y del que existe, al menos una película que lo nombra encubiertamente: Velvet Goldmine (1998). Un film que retrata aquellos tiempos, aquellas músicas y aquellas lentejuelas con una buena carga de maquillaje, buenas intenciones y un esteticismo muy bien traído. Pero no esperen ese artístico tratamiento como de tablaux vivant en el marujo y encantador libro Please Kill Me, The Uncensored Oral History of Punk escrito por Legs McNeil y Gillian McCain, dos muchachotes punks metidos en el mundillo del fanzine que ponían sus grabadoras al servicio de todo aquel que tuviera algo que contar de ese feliz momento de chapas y heroína.


Momento: 1977, Iggy Pop, acababa de salir de su cura de desintoxicación y estaba “ansioso de ser reintroducido entre la raza humana”. Bowie, por aquel entonces no andaba mejor, ya que sólo se alimentaba de leche y cocaína, según contaban las malas lenguas. Ambos marchan a Berlín para alejarse del mundo de corrupción neoyorquino y para grabar “The idiot” el álbum donde Iggy abandona el sonido más punk por una cosa más moderna como de Kraftwerk (no la mayonesa, sino el grupo). Iggy Pop: “Berlín era como una ciudad fantasma, sólo que llena de ventajas. La policía tenía una actitud totalmente laissez-faire hacia lo que llamábamos un “comportamiento cult”. Y, que ciudad más alcohólica, siempre había alguien tirado por las calles…”.


Entrevistada: Angela Bowie, que recuerda aquellos amargos momentos con una buena carga de bilis. Ante la grabadora se le iba calentando la boca. Y claro…
ANGELA BOWIE : Mira, yo siempre he tenido un problema real con la gente ignorante – particularmente con la gente ignorante que abraza el fascismo. Y David Bowie siempre ha sido de los tirando a ignorantitos. La preocupación de David por el expresionismo en Alemania fue una de las áreas de su personalidad que hizo que mi amor por él muriera. Por aquel entonces, en Inglaterra, David había salido de Victoria Station en una limusina descapotable Mercedes haciendo el saludo fascista, salió en la primera página de tres periódicos británicos. Y si te soy sincera, después de aquello no quise volver a verlo. Y el resto del tiempo viviendo con él y compartiendo un hijo con él fue una pesadilla, una en la que sólo pensaba como librarme de la situación en la que me hallaba. Una experiencia nauseabunda sólo comparable a cuando Iggy se juntó con David en Berlín…

… Oh my dear! Aquello fue como una luna de miel para David e Iggy. Era nauseabundo: un inglés imbécil (asshole) y un americano jilipollas (jerk) pensando vivir un gran romance en Berlín mientras los alemanes se reían de ellos. Eran dos bon vivants – tirando el dinero, comprando un montón de basura, intentando imaginar que vivían en los años 20 o los 30, como si fueran Chistopher Isherwood- “Oh, nos vamos a mudar a Berlín”. Me daban ganas de vomitar. Oh, no puedo decirte lo nauseabundo que era.

Iggy y David eligieron Berlín para pasar una temporada porque había más drag queen actuando por metro cuadrado que en cualquier otra ciudad del mundo. La amistad de Iggy y David era la amistad de los malditos. ¿Sabes a lo que me refiero?. Toleraban cualquier cosa del otro porque simplemente no tenían a nadie más. Pienso que llamarles “decadentes” es hacerles un favor. Creo que dos cocainómanos paranoicos llenos de mierda sería más realista (cocaine-induced paranoic bunch of shit). La cuestión principal es que perdían una enorme cantidad de dinero y tiempo – quiero decir, que se pasaban todo el tiempo peleándose por ver quien era la maricona más guapa de las dos.”

Con esta bonita historia como del “Tomate” (pensada para leerla a la orilla de la playa) llena de astros famosos, de artistas muy artistas y de maricones de dar y de tomar quiero desearles un buen verano y una feliz semana del Orgullo Gay. Nacho.

En “Nos entra por los ojos” Iggy y David allí por el 1977 actuando en un programa como de Maria Teresa Campos pero americana (Dinah Shore) y también un fragmento de Velvet Goldmine (1998) para que vean como las dos versiones se contradicen, claramente ( que en la película aparece todo como mas bonito y bien puesto).

Del blog Palomitas en los ojos, 29/06/2007
Imagen: Afiche de Velvet Goldmine (Todd Haynes, 1998)

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