Monday, December 8, 2014

¿Quién es Carlos Mesa?



Hugo del Granado

Algunos dicen que es escritor, periodista, historiador, otros, experto en fútbol, crítico de arte y cine, empresario de medios, estadista. Cualquiera, ante semejantes títulos, pensaría encontrarse ante una especie de Swedenborg altiplánico.
Carlos Mesa sin duda ha sido uno de los personajes más importantes de la vida cultural y política boliviana de los últimos años: una especie de Mandarín intelectual.
Lamentablemente, y esto ha quedado claro ahora más que nunca después de la mediocridad escandalosa de su gestión en la administración pública, Carlos Mesa es producto de dos fenómenos: el primero de ellos es el del intelectual barato descrito por Mario Vargas Llosa en una serie de artículos publicados en su libro "Contra viento y marea" (seix Barral, 1990) y en su autobiografía, y el otro la profunda mediocridad del medio.
El intelectual barato es descrito por Mario Vargas Llosa como aquel periodista, historiador, sociólogo, economista, y demás ramas afines que demuestra incongruencia entre lo que escribe y dice y lo que en verdad hace.
El intelectual barato "vive en estado de continua disimulación y embauque hacia los demás y hacia sí mismo" y esta actitud de deshonestidad moral a su vez produce "un pensamiento confuso e inauténtico". Estas dos frases trajeron a mi mente a un lamentable desfile de catedráticos universitarios, articulistas, historiadores, periodistas, etc., pero el que llegó primero fue Mesa.
Su biografía es un ejemplo de cómo el oportunismo y el arribismo son los únicos méritos en Bolivia para alcanzar cierto éxito y prestigio en el ámbito cultural (y económico si juzgamos por su declaración jurada de bienes: Mesa es millonario). Una lectura de los artículos que Mesa ha reunido y publicado (sin ningún pudor) en dos volúmenes no sólo nos revela a un hombre de pensamiento confuso (a veces hasta cantinflesco), sino de lo lejos que se puede llegar en Bolivia con un defectuosa pluma mercenaria.
Carlos Mesa hasta ahora no ha producido nada de valor.
Sus escritos y publicaciones están impregnados por un empeño constante por ganar popularidad. Sus "Obras Completas" tratan temas tan diversos como el fútbol -cuando la selección de fútbol era popular y rentable-, la lucha contra la pobreza, la política exterior de los Estado Unidos, la pornografía, etcétera.
Su prosa deshilvanada rara vez llega a cuajar alguna idea, esta llena de lugares comunes, de metáforas culinarias (la cereza de la torta es el ejemplo por excelencia) y demuestra en general un gran desconocimiento de los temas que trata. Últimamente su tema favorito ha sido la lucha contra la corrupción tema que hizo que "le brillasen los ojos" no tanto porque el este en contra de este "flagelo" sino porque es un tema muy popular capaz de captar la atención que tanto requiere su ego.
Uno se pregunta ¿por qué contra la corrupción y no contra del imperialismo o la pornografía. Será que el es más apto que el resto de los humanos para afrontar esta lucha, será que tiene mas olfato para detectarla (yo personalmente lo dudo, es un mal sabueso -por decir lo menos-, basta con leer algunas de las entrevistas que sostuvo con Fujimori luego de su golpe de estado y leer los comentarios elogiosos con los que lo despedía). La respuesta es simple: porque está de moda y nuestro barbado personaje ama el relumbrón. Porque él en verdad no es un hombre honesto.
Hay muchos actos en su vida periodística que lo muestran como en verdad es. Uno de ellos fue su manejo de caso Guiteras-Garafulic. Los artículos de prensa que Mesa publicó muestran cuán honesto fue entonces al no denunciar públicamente a una mafia mediática que, usando los medios de los mafiosos (coimas, amenazas), logró desplazar a un Ministro. Al estallar el escándalo Mesa escribió un artículo demoledor contra Guiteras solicitándole incluso la renuncia y luego de que la Radio Fides denunciara la mafia de Garafulic (con la dureza que hacia falta), nuestro intelectual barato, en vez de escarbar a fondo en el escándalo del que el fue cómplice, se lavó las manos con otro artículo.
Su actual desempeño es un bochorno. Su declaración de que se "investigará la masacre de febrero hasta las últimas consecuencias" suena, ahora, en perspectiva, a chiste cruel. El señor Mesa no sirve para investigar y sus habilidades en este ámbito son casi inexistentes (me acuerdo ahora del Sr. Marañón cuando pidió se investigue la causa de su despido de UNITEL. Mesa se limitó a realizar una investigación fantasma). Su lucha contra la corrupción se ha convertido muchas veces en un pretexto para sus venganzas personales (no simpatizo con Landívar pero es claro que Mesa no lo quiere y se aprovecha de la infraestructura del Estado para atacar a un hombre cuyo caso, para bien o para mal, que esta en manos de la justicia. En todo Caso Landívar es mucho mas benigno que mucha gente con la que Mesa se sienta a negociar en palacio todos los días), para hacerse publicidad (que cosa son sino pues sus arranques pedagógicos en sus visitas a los pobres bachillleres) y para dar trabajo a otros intelectuales baratos que andan desempleados en busca de una nueva causa (el caso más patético es el de Alfonso Ferrufino que seguramente ya se aburrió de luchar por la coca y contra el "imperialismo").
El último escándalo de los reclutas y las declaraciones enmarañadas de Mesa al respecto (su estilo cantinflesco ahora sirve para camuflar algunas marchas atrás), sus discursos gradilocuentes en fechas solemnes, son indicadores de que su único propósito en el cargo no es el de "servir al público" si no el de esperar con paciencia un milagro: suceder al Presidente y así poder ser capaz (además de sacarse muchas fotos y viajar un montón) de formar parte de propio libro de historia.
Uno al leer las obras de Mesa no puede creer la influencia que este hombre ejerce en el medio. Que clase de medio cultural es este en el que una persona con escasísimos méritos puede llegar a arrojar una sombra tan grande sobre la actividad cultural y política.
Definitivamente una que tiene que cambiar.
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De BOLPRESS, 21/10/2003

3 comments:

  1. No estoy de acuerdo con este artículo, Mesa como persona y profesional es un ejemplo que debemos emular por el bien de nuestra sociedad.

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  2. Escucho decir a diario "un hombre preparado", pero me pregunté muchas veces que quiere decir la gente cuando utiliza esa expresión y digo...¿preparado para que?... ya muchos preparados ejercieron cargos de importacia en su momento vital para nuestro pobre pais y su "preparación" no tuvo un orte, un objetivo de servicio colectivo, solo coadyuvó al logro de ambiciones personales que hicieron cada vez más, POBRE AL PAIS.

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