Monday, August 14, 2017

El Eroe maledetto Giovanni Passannante, el anarquista que intentó matar a Umberto I

MAURIZIO BAGATIN
    
“Nuestros cuerpos están atrapados en el tejido del mundo, pero el mundo está hecho de la tela de mi cuerpo”     - Maurice Merleau-Ponty -    

Érase una vez un pueblo de Basilicata que se llamaba Salvia di Lucania, un pueblo como muchos pueblos del sur de Italia, que parecen fielmente extraídos de Cristo se detuvo en Éboli, de Carlo Levi. Allí nació Giovanni Passannante, hijo de campesinos analfabetos y pobres. Para sobrevivir Giovanni se hizo cocinero, aprendiendo rápidamente el arte y el oficio en la hostería “Croce di Savoia”, muy pronto se trasladó en Nápoles, adonde vivía del día a día. En la ciudad partenopea vivió miseria, marginación y explotación madurando el convencimiento que solo a través de la ideología anarquista sería posible transformar aquel mundo injusto. Y el 17 de noviembre de 1878 propio en Nápoles, con una navaja intentó matar al rey Umberto I de Savoia. Condenado a muerte en primera instancia, la pena le fue convertida en ergástulo, mientras su madre y sus hermanos fueron internados en el manicomio de Aversa… y el pueblo natío fue rebautizado, a manera de disculpa al rey, en Savoia di Lucania. Giovanni Passannante, el «sguattero infame» (como la prensa de la época lo definió), fue encerrado en una torre en Portoferraio (Isla de Elba) adentro de un calabozo sin luz y bajo el nivel del mar, con una cadena de 18 kilos amarrada a un pie, allí empezó enfermándose de escorbuto y consumido por la salinidad, abandonado por diez años y sin comida tuvo que alimentarse de insectos y hasta de sus excrementos. Ya ciego fue trasladado al manicomio criminal de Montelupo Fiorentino, donde murió el 14 de febrero del 1910 a los 61 años de edad.                                 

Escalofriante la crueldad de la condena infligida al «mostro llegado del Sud», al «parricida», obligado a vivir (sobrevivir es mejor dicho) diez años en condición inhumanas. Pero hay que esperarse siempre lo peor porque una vez muerto, le cortaron la cabeza, y el cráneo con el cerebro, después de un riguroso estudio lombrosiano, fueron expuestos en el museo de criminología de Roma, donde por casi un siglo por la módica suma de 2 Euros podían ser admirados…                                                                                                                                                         
Gracias a una recolección de firmas y al espectáculo teatral de Ulderico Pesce, los restos fueron sepultados en Salvia di Lucania, hoy Savoia di Lucania, el 10 de mayo del 2007. Pero la mala suerte de los Héroes malditos nunca termina, la tarde del 7 de enero del 2012 algunos ignotos profanaron la tumba del cocinero anarquista en el cementerio de Savoia, martillando la lápida hasta dañarla irremediablemente, hecho gravísimo que ocurre mientras el Comité Pro Salvia logra organizar un referéndum para el cambio de nombre del desafortunado pueblo, devolverle el originario Salvia (por su perfumada hierba aromática abundante en el territorio) en lugar del infausto Savoia de monárquica memoria. Evidentemente un cambio que alguien no desea. A Giovanni Passannante otro Giovanni, el poeta Pascoli dedicó una oda, nunca más encontrada, “Eroe maledetto” (Héroe maldito), que le costó la cárcel al poeta; luego vino el espectáculo teatral “L’innaffiatore del cervello di Passannante” (El aspersor del cerebro de Passannante) de Ulderico Pesce y la película “Passannante” de Sergio Colabona, estrenada no sin polémicas en ocasión de los 150 años de la unidad de Italia.                                                                                                                                       
La tierra del Renacimiento, del Resurgimiento y de la Resistencia tiene aún muchas historias por escribir… muchas de ellas trágicas y aparentemente sin fin.
agosto 2017

_____
Imagen: Giovanni Passannante

No comments:

Post a Comment