Sunday, November 19, 2017

Antonio Santori, la luz de la poesía

MAURIZIO BAGATIN

“Alrededor de nosotros se extiende la prosa del mundo, y en un ventrículo del corazón, la poesía acecha”   -Adam Zagajewski-

“La poesía pone al hombre fuera de sí, simultáneamente, lo hace regresar a su ser original: lo vuelve a sí. El hombre es su imagen: él mismo y aquel otro. A través de la frase que es ritmo, que es imagen, el hombre - ese perpetuo llegar a ser - es. La poesía es entrar en el ser”                   -Octavio Paz-

Tenías tu ventana siempre abierta, en el coloradísimo jardín los niños corrían, la libertad era el aire que todos respirábamos, allá en tu Civitanova Marche… y tus Marlboro - una encendía otra - eran una sobremesa, unas compañeras, un imposible desapego de tu vida; Pavese y Montale, Nietzsche y Gadamer, el pathos y la pura fibra de tu cuerpo, el amor y la desobediencia de tu ser. Eras de otra generación y nuevas generaciones alimentaste.  

Una noche organizaste una fiesta dedicada a la poesía - era el fin del año académico -  y todos confluimos ardientes, recuerdo Alessandro Ceni, atlético y desempeñado, lanzaba las hojas leídas y vaciaba elegantemente, vaso dopo vaso el Verdicchio de las dulces colinas marchigianas, y el alegre Enzo Tiezzi, poeta de la biología, del amor por la naranja azul que nos hospeda, su presentación de Il capitombolo di Ulisse fue asombrosa… con su sempiterno atraso, como si fuera un sudamericano, llegó Iván Graziani el cantor extravagante, el pintor extrovertido, el poeta contaminado por su generación. Paréntesis académica Gianfranco Lauretano… que leyó el espesor de tus textos, era tu primer editor, el visionario de muchas palabras… y Gismondi, el gran Giuseppe que de cada viaje traía un instrumento nuevo, curioso y extraño, aquella vez hizo estremecer a todos los presentes, Alberi volanti - escrita y compuesta con Antonio - penetró la conciencia de lo humano, circuló en las venas de lo viviente, hasta enmudecer el vino Rosso del Conero. Y luego los alumnos de la Academia, los del Liceo, las familias y nosotros, leyendo nuestros primeros pasos, las huellas de un camino empezado también gracias a ti… y así la Giusy, entonces tu compañera y sus pinturas il vero e il vero y aquel profesor de pintura, ahora no recuerdo su nombre, que a nadie caía bien y que aguantamos más por nuestra alegría, y aún más gracias al vino… tú estabas escribiendo Saltata, aquella noche nos hablaste del papel higiénico que se volvía cuaderno en el retrete, y de Sofía, tu primera hija, que a veces te sugería alguna estrofa, una rima, un verso, una palabra.  

Aún no sé si la poesía llegó a través de la filosofía o si la filosofía era toda poesía… ¿conciencia, sueño, o que más? - verso la meraviglia d’oro - … mucha luz, la luz de la poesía, del vientre de la ballena adonde te introdujiste… Jonás, Melville, Pinocho, el Mito hecho búsqueda poética de un sentido de la vida, lo poético hecho épico, lo épico amor…porque el último hombre, en el último momento que viva sobre la tierra, pensará en la poesía (Álvaro Mutis).   

Tanto amor por tus raíces, tanto fulgor por tu cultura, tanto de todo y un poco de todo lo que quisiste donar, dulce guerrero marchigiano, de fuerza y energía desbordante en tus j’accuse políticas, socráticas de por cierto, destiladas como la obra de arte de un coñac… corazón puro, madera y tiempo. Tanto excavaste la palabra, tanto la elevaste, penetrándola y moldeándola que… designaste límite y signo en Infinita, la trágica desesperación humana - dándole una bofetada al poder - en Albergo a ore, hablaste del no-vivido en Saltata e invocaste a un padre en La línea alba, buscaste siempre la belleza, esta paz feroz hasta que… se muere a cualquier edad, los que mueren jóvenes son los amados de los dioses (Marguerite Yourcenar). 

Ahora que ya no estás todos te tenemos, tu palabra, tus sueños, tu expresar el infinito - casi como el Leopardi detrás de la siepe -  el absoluto, lo innominable. Per questo mentre/ vivo tutto mi sembra/ innominato

Nota: Antonio Santori (1961-2007) ha sido una de las voces más poéticas de su generación: “Déjanos intentar encender el fuego,/sacudir el calor que de repente deja abrir, ruidosamente,/la boca gigante, los dientes dormidos en la grande oscuridad,/con nuestras palabras,/déjanos intentar nuevamente darle sentido a nuestras palabras”.  

Nacido en Montreal (Canadá) de padres italianos, regresó a una edad temprana en la región de Marche (centro de Italia), donde entre las localidades de Fermo, Macerata, Civitanova Marche y Sant'Elpidio a Mare ha vivido durante el resto de su vida. Se graduó en Filosofía en la Universidad de Macerata con una tesis sobre el lenguaje mitopoietico, fue profesor de Ciencias Humanas de los Liceos públicos de las ciudades de Camerino y Fermo y en la Universidad de Macerata. Fundó y dirigió el Centro de Estudios "Laboratorio de Poesía de la Marca", dedicado al estudio de la literatura europea y activo desde 1993 hasta 2007; dentro del Laboratorio, Santori ha organizado seminarios públicos y encuentros con importantes poetas contemporáneos italianos y extranjeros. Inmenso el encuentro-dueto con el Nobel Derek Walcott, en el verano del 2006. Incansable operador cultural, entre sus iniciativas recordamos los “Diálogos filosóficos”, reuniones públicas organizadas entre 1994 y 1995 en la ciudad de Civitanova Marche, con la presencia, entre otros, de Hans-Georg Gadamer y Emanuele Severino; así como el evento internacional "Europa. Festival de las raíces cristianas", realizado en la Provincia de Fermo entre 2004 y 2006. Se desempeñó como Asesor a la Cultura en el municipio de Sant'Elpidio a Mare entre 2005 y 2007, después de haber sido candidato con una lista cívica ("Proyecto Sócrates") en las elecciones municipales previas. Fundó y dirigió la editorial "Ediciones El Albatros" y, entre 1998 y 2001, la revista literaria "Laboratorio", una de las primeras revistas telemáticas italianas dedicadas a la literatura europea contemporánea.  

Autor de cuatro poemas, su trabajo poético se caracteriza por una recuperación de la forma poematica, en la cual el descenso lírico post-Montaliano se conjuga con una búsqueda en la palabra como símbolo inspirado por Cesare Pavese, Giorgio Caproni, Mario Luzi y Piero Bigongiari.
Noviembre 2017


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